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SARA CASTELAR LORCA. Poeta granadina residente en Sevilla, nacida en Hannover (Alemania) en 1975. Autora de los poemarios inéditos Tiempo de intuiciones y Verso a tierra. Sus poemas han sido publicado en las revista Aldaba ( Sevilla), Aguamarina (Vizkaya), Espantapájara ( La Serena - Chile) , la antología de poesía erótica El buho Rojo,2008 y la I Antología Internacional Alaire, 2008.
Es miembro del grupo poético Alaire y redactora de la revista literaria del mismo nombre.
POÉTICA: Trato de dejar la palabra suavemente expuesta, después mirarla, observar sus formas...si es capaz de destruirse y destruirme, de regenerarse y regenerarme...entonces, la poesía acude, como la última forma de expresión, la voracidad de la belleza y el sentido remoto de todo cuanto existe.
La poesía es un acto de soledad multitudinario, una transfusión ineludible de nosotros mismos.
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El Pulso
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I
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Tengo sólo una edad para cubrirme
una edad sola
y un reguero de otoños urdiendo el amarillo.

Hay una soledad que gira
un anillo piadoso con la altitud del verbo
la carcasa infinita de la culpa
que ostenta la belleza,
su puntiagudo borde.

La locura es tan sólo un instante precioso
de una luz que es humana,
desesperadamente humana,
y contiene la forma del delito.

La estancia, el corazón, la calle
se vuelven un sonido de maletas
una ruta angulosa de voces y martillos
un clavel entre vísceras.

Oh, cuánto amo la bestia
y tengo hambre y martirio
y un deseo lascivo de mieles y de partos.

Acojo un corazón entre los puños
y sufro de escritura,
sufro del mismo mal
que padece el llamado por la bestia
el que es aniquilado con la garra del signo.

Ésta es la hora del llanto
en la resurrección de la palabra,
lloro la exactitud
de la caricia en la frente del ciego
lloro la ilesa marca del zarpazo de un niño.

Es la hora del pulso;
camino por la hiedra salvajemente húmeda
y el mar ha degollado las olas en mi vientre.
Tan sólo sobrevive la razón
de lo que no pudiendo ser palabra
se suicida en mis labios.

Discurro en los renglones de algún dios asexuado
y llevo una mujer que me acompaña.
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II
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Tengo la voluntad arrodillada
y escarbo con los dedos la conciencia
de amar en carne viva.

Resbalan los meandros de la noche
sobre mis tiernas vértebras,
el duelo,
la música,
ese temblor de agujas cimbreantes
que estalla en la garganta de los mirlos.
Qué inmensa pequeñez me sobrecoge.

Renazco en el arrullo de la bestia
y sigo siendo frágil,
me cabe entre los ojos la desnudez entera
esa palabra-espina que puja por la rosa,
el miedo,
la vena retorcida de la noche
sangrando oscuridad.
Estoy mordiendo a gritos la belleza.

Lo no visible crece
un animal impuro dibuja sus contornos
y el corazón se enciende de lirios y de sables.
Es la hora del pulso:
el instante marino de la tierra
donde los cuerpos gimen su contrario.

Se duele el tiempo escrito
como una herida incierta en los relojes
como un retal de lluvia en la cartera.
¿A dónde van mis alas?
¿Qué invierno han inventado los cristales?

Me habita una mujer de triste lengua
una mujer pequeña
perdida entre millones de mujeres,
la única visible.
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III
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Siento la levedad de lo visible
su material ternura
el terrible abandono de la edad
fraguándose en los ojos,
ese galope ciego de la historia
que avanza cuerpo adentro.

Yo tenía el dolor de las enredaderas
su eterna obstinación de pájaro,
el ocre incandescente del otoño
ardiéndome en los dedos.

La tristeza es una lentitud de puertas
donde el olvido duele
donde el silencio duele
donde el amor es carne de bisagras
doblando la memoria.

Bebo de la resignación
del útero desierto de una virgen,
bebo del transitable miedo
del que perdió la fe y se olvidó del nombre,
bebo de la maraña roja
del sexo que olvidara su condición efímera.

En la verdad se quiebra la razón
y debo la palabra
debo cada fonema ardido en la belleza,
tan simple y tan humano
tan incisivamente hermoso.
Tu mirada de niño.

Mi boca es de mujer y nombra
arandelas de llanto,
la triste percusión del aire
muriendo en las cornisas.

Puedo escuchar la bestia en el callar del hombre
y seguir desde el pecho brotando en llamaradas,
un solo corazón para tanta ternura
y tan sólo una muerte
para esta soledad tan infinita.
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Calíope desterrada
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Ella se peina las edades tristes
y canta su destierro.

El tiempo y las mañanas en su voz
la noche que no amaina
la eternidad que en llanto se desploma.

¿Cómo aflorar del verso siendo carne?

Las musas de fecundos pechos
recaudan el dolor en cofres amarillos
ahí, como un rumor de nadie
como el oscuro soplo de la sombra
maceran las palabras
y la verdad recicla su turno de mentira.

Ella sólo sabía de la tierra.

Todo sucedió antes de sus ojos
antes de su silueta fértil.
Un pájaro erizando los contornos del cielo
con su bordón de lluvia
frente a una loba gris lamiéndose los hijos.

El alfabeto es un burdel sin nombres
donde abrigar la pena
y sudan las palomas sus vértebras azules
envenenando el aire
y la palabra amor reclama su justicia.

Calíope se inclina sobre su estirpe ajada
y recoge su nombre.
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El dedal
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Vengo de la raíz del cáñamo
que busca la oquedad para esconderse,
vengo hasta el desamparo de tu boca
en la blancura inmóvil
que se lame a sí misma.

He dispuesto una trampa para ti
y tu frío de junco,
niño de deliciosa envergadura
que me araña las vísceras.
Tus dedos llevan una brasa escrita
y deletrean miedo.

Entre las piernas suena un ataúd
de almendra venenosa
y el gozne del placer
son unas alas ciegas
de ángeles que gimen el exilio.

Mi tierno paredón de sílice
sobre una espina negra que supura
calor de abrevadero.

Allí quedaron mudas cicatrices
al corte vertical de la pureza
hundiéndose en la noche,
Lisboa con rodillas sucias
extraña y poseída,
la erótica del cieno alimentando buhos,
tu cuerpo
y este dedal de dios
que me penetra.
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ENCARNA LEÓN (Granada, 1944). Dedicada a la Literatura desde 1980, reside entre Granada, Málaga y Melilla. Colabora en revistas literarias, prensa y radio.
Tiene editadas 13 obras de poesía, una colección (10 títulos) de poesía infantil, y trabajos en prosa (relato corto, cuento y una colección infantil de 5 títulos). Ha sido premiada en varias ocasiones y da nombre al Certamen Internacional de Relato Corto, creado por la Consejería de Educación - Viceconsejería de la Mujer de Melilla. Es miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España y de la Andaluza de Críticos Literarios.
MODAS (Poética)
Yo no puedo escribir:
que el chico del tercero se está pinchando ahora, que la calle está sucia porque está la movida, que las plazas se infectan de ligues y litronas, que estoy hasta los mismos de la estridente música que sale de aquel coche...
No, yo no puedo decir, si escribo un poema, estas cosas tan simples, como las ve la gente que pasa por la acera. Palabras sin su ritmo con su crudeza puesta.
Si escribo un poema, elijo la palabra, la cuido con esmero, la visto de limpieza y le pongo ropajes de delicadas musas. Entonces ellas dirán de azules que se arroban con el vuelo del ave, de senderos con vida que se orillan de luz, de vértigos con trinos, de golondrinas tenues. De niños que se alzan con sus manos de lluvia y cantan las mañanas.
El porro no es lo mío, la palabra soez me es ajena siempre, ni tampoco es mi flaco hablar sobre las putas.
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I
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Alguien ha preguntado por tu rostro
cuando ocurría el rapto frágil del beso de la noche
y el misterio de tenerte,
recostaba su voz entre los álamos.
Alguien quiso saber de tus espacios cálidos
cuando apenas eras flor arrebatada de infancia
y aún llevabas prendido el polvo del camino.
Alguien quería curar sus dudas en nosotras
cuando bordada era tu imagen en la arena
y no se había pergeñado exacta tu existencia.
No supe responder entonces, mis indecisas manos
rozaban la tiniebla en busca de tu forma.
No sabía si hacerte fuerte y soñadora
con sobresaltos de lluvia a cada paso,
si hacerte de brisa encallada en mi costumbre
de silenciar poco a poco tantas cosas.
Si hacerte de mar con alma de sirena nocturna,
si brotarte del corazón ardido de mi fuente.

Si en ese pájaro gris que alzaba el vuelo yo vivía,
tendrías que nacer inesperadamente cierta,
y fue tu nombre, Helena, todo un resurgimiento
de luz, deseos, arrebatos azabaches y púrpuras.
Con mis manos desnudas te reclamo siempre,
mientras cálida cercanía sujeta nuestros nombres
y los vuelca al nuevo paisaje de la vida.
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I I
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Te he llevado conmigo tantas horas prendida
mientras tú callabas solitaria en mi talle,
querías escudarte de los mil aguaceros
que mis manos bordaban al filo de la noche,
de aquel helado viento que azotaba intranquilo.
Seguías ahí, oculta y solitaria entre mis pliegues,
no percibía entonces tu presencia invisible,
pero tú me guardabas una estancia de calma
bañada con brebajes de lunas encendidas
allí, en los adentros de mi oquedad primera
guarecida del tiempo, del mar y vendavales.
Y seguiste creciendo al compás de mis años,
aprendías la vida con su sol transparente
y la luz te mostraba la infinita hermosura
del jardín donde canta renacida ilusión.
Tantas veces llamaste a mi pecho de sal
para abrirte en caminos donde yo te bebiera
y nunca quise oírte,
me parecías difusa, indolente o dormida.
Hoy, he comulgado tu sosegada frente
y comencé a llamarte Helena, firmemente.
Con ardiente caricia mi voz te recibía
y así estás conmigo de pie ante el camino.
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I I I
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Amanezco reflexiva, enigmática e inquieta,
juego a entretenerme con mis gestos de siempre
doloridos, dulzones, indiferentes, serios.
He mirado hacia adentro y me pierdo en la hondura
deshabitada y lóbrega que en mi cuerpo se alberga
y no me reconozco en esa frialdad de soles macilentos,
ni en la lúgubre estancia vacía de jazmines,
ni en los jirones de dicha arrinconados.
Retrocedo, nuevamente me asomo a esta oquedad tan mía,
dormitando estaré en un lugar perdido.
He vuelto a la búsqueda
ahora que el frío no llaga mis manos,
ni los azules guijarros de nieve me golpean.
Distingo claridades de lluvia
y un amanecer de palmeras abanica mi aliento.
Aún sigo pensante, pero en otra galaxia
disfrazada de vida y entusiasmo.
Me siento más real.
Me encuentro dispersa y repartida
por todos los rincones,
como un gran arcoiris de músicas doradas.
Me veo transfigurada en todo cuanto quiero:
de voz estrenada en contornos de agua,
de sombras de mariposas blancas,
de flor que baila al viento,
de paloma que riega los senderos,
de piel de fina niebla,
de mano-dintel de mis descuidos-
de sol deteniendo la tristeza,
de noche con espejos de niña,
de gesto que viene de viaje,
de aljibe enamorada,
de magia y de silencio,
de ti y de mí
y es ahora,
cuando me hago de miel para tu cuenco.
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I V
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Porque sé que tú existes
la vida me sonríe,
y dejo el cauce lleno
hasta los bordes mismos
y presencio después
el vaciado final
de mi propia existencia.

Porque sé que me piensas
en cálidos momentos,
albergo la esperanza
de sentir tras de mí
el ritmo de tus pasos
y dejo el llanto amargo
mecerse entre mis venas.

Porque sé que soy otra
en esencia certera,
hoy dejo resbalar
esta lluvia en el viento.
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(de Helena. Colección Torremozas. ED. Torremozas. Madrid, 1990)

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LOLA SANTIAGO nació en Granja de Torrehermosa (Badajoz) el 2 de febrero de 1952. Reside en Madrid, donde por oposición es Maestra Nacional y Pedagoga Terapeuta. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Tiene estudios de Solfeo y Piano en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Ha participado en numerosos congresos y cursos nacionales e internacionales sobre literatura, música, pedagogía y psicología. Es colaboradora habitual del diario "ABC", de "Hoy" de Extremadura y de diversas revistas literarias. Ha dado numerosos recitales en Madrid, Barcelona, La Coruña y Extremadura. Se han hecho eco de su obra poética diversas antologías y ésta ha sido estudiada, entre otros, por Antonio Zoido, Leopoldo de Luis, José María Barrera, Luis García Jambrina, Manuel Pellecín Lancharro y Juan Carlos Rodríguez Búrdalo. Desde muy pequeña ama la Pintura, vocación que desarrolla de forma autodidacta y que completa posteriormente en Madrid, en la Academia "Artium-Peña" y con diversos pintores.
Ha publicado los siguientes libros de poesía: Apenas un trazo (Editorial Torremozas. Madrid,1985) agotado; Ya no es tiempo de lilas (Editorial Beturia, Coleccíon Dávila. Madrid, 1993); Pulso Roto (Cuadernos poéticos "Kylix". Badajoz, 1995) agotado; Plenitud del Instante (Ediciones Libertarias. Madrid, 1998); De Centro a Boca (Huerga & Fierro Editores. Madrid, marzo de 2004). Este último libro ha sido traducido al inglés en la Universidad de Chicago, EEUU. Sial Ediciones sacó a la luz su novela Blues del silencio (Madrid, 2008).
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Luz
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Alumbrando la distancia
de un mediodía sereno
atribuyo mi canto
al áspid que a mis pies
rinde tributo al día
a la noche, al despertar
insólito
de otra mañana en tu hombro,
mientras mi boca te llama
a ti hombre extraño
que surcas mi mente
para sentarte a la diestra
de mi sueño.
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Misericordia
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Misericordia en esta noche
anónima
bamboleada por tu imagen;
perfecta ilusión
que sobrevive
despacio.
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RUBÉN FAÍLDE BRAÑA (Florida, Cuba, 1943). Poeta, narrador y antólogo. Profesor de Español y Literatura. Pertenece al Consejo Editorial de Cultura de su ciudad natal. Es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Fundación Nacional de Escritores “Nicolás Guillén”. Conduce el espacio literario-cultural Demos paso a la palabra, dirigido por el Centro Provincial del Libro y la Literatura de Camagüey. Posee las distinciones Hijo Ilustre de la ciudad de Florida y Espejo de Paciencia; la primera es la máxima que otorga el Gobierno (Asamblea Municipal del Poder Popular de Florida) y la segunda, el mayor reconocimiento que la Dirección Provincial de Cultura de Camagüey otorga en esa provincia. Ambas le fueron concedidas por su destacado aporte en favor de la Literatura y la Cultura Nacional.
En más de cuarenta años dedicados al cultivo y creación literarios, ha merecido premios de carácter nacional e internacional, entre ellos el Premio de Cuentos de la FMC Nacional (1974), Premio Internacional de Poesía “Ciudad del Ché”, otorgado por la UNEAC de Villa Clara, Cuba (1998), Premio Nacional de Poesía “Eliseo Diego”, del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Ciego de Ávila, Cuba. Mención Única (1999), Premio Internacional de Poesía “Odón Betanzos Palacios”, de Huelva, España (2003), Premio Nacional de Poesía “Fidelia”, de la UNEAC de Granma, Cuba. Mención Única (2004) y el Premio Nacional de Sonetos, del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Sancti Spiritus, Cuba (2006).
Ha publicado los siguientes libros: La noche que habitamos (Editorial Ácana), 2000; Antología de la poesía Cósmica de Rubén Faílde Braña (FAH, México, 2002); Antología de la Poesía Homosexual y Cósmica de Julián del Casal (FAH, México, 2003); El tiempo y la palabra (Huelva, España, 2003); Será sin tu permiso (Editorial Ácana, 2003); ¿Heredarás el reino? (editorial Ácana, 2006); Antología del Soneto Homosexual y Lírico de Rubén Faílde Braña (FAH, México, 2008); El frío de la llama (Editorial Unión, La Habana, 2008) y Presencia del olvido (Editorial Ácana, 2008).
Ha publicado en Revistas Literarias de Cuba, México, España, USA, Argentina, Paraguay, Austria e Italia. También ha sido antologado en Cuba, México y España.
Poemas suyos han sido traducidos al italiano y al alemán.
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Él
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...............................
a A.G.
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Cuando dices el sol
se te encienden los labios
con ese fuego limpio,
frontera de otro beso.

Y te veo despacio,
como si volvieras de una edad apartada,
de una dicha que no vivimos antes,
de otro verano en la fugaz memoria.

Dime de qué materia inventaron tu cuerpo
que me llega sin prisa.
De qué elevada carne ese tirso
en que mis manos desembarcan,
con un temblor igual que aquella vez primera,
cuando, al fondo, se desnudaba el mar en olas.

Son raíces las noches
..................................................si aseguras mi lecho.
En la cumbre más fértil se me estaciona el alma,
cuando tu aliento desliza en mis oídos
el ritmo que antecede.
Anchas se desploman las horas,
cerradas a otro espacio,
...........................................-lentísimas-
si faltas.

Una luz se presiente,
un regusto de especias, de carne y sed,
de claridad, de adelfas.
De sentir que me aborda
la tarde transparente que coincide contigo.
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(De Será sin tu permiso)


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Donde el silencio
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Se detiene en tus labios
el eco roto del silencio.

Frontera sideral en cuyo seno habita
el rostro que aguarda ser nombrado,
aquella lejanía que se extiende y me sujeta
del lado de la angustia y sus dominios.

Al borde de tus labios disminuyen las palabras.

Hay un color incierto
que bebe el horizonte de tus ojos.
Un halo mineral o de fatiga
en tus pupilas sometidas al vacío.

Trato de descifrar de qué parajes llegas,
desde qué altura el movimiento
llega ante la noche a refugiarse.

Con una mirada te adelantas.
Un crujido de escarcha viene desde el fondo.
Rompe más hondo entonces tu silencio.
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(De Será sin tu permiso)

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Días
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Hay días que anhelamos
el espacio más íntimo,
y acogernos al fuego
de una edad entrañable.

Encontrar en el bolso
el centro de ese ritmo
que a vivir nos impela.
Dar nombre a los instantes
sencillos. Abolir
al mendigo del alma,
y la sombra imprecisa
desde la cual nos mira.

Hay días de memoria
extraviada, y espejos
para desconocernos.
Figuras donde estuvo
el amor, y la forma
del tiempo recorrido.

Hay días que anhelamos
traicionar el camino,
desdoblar la razón,
al ocaso verternos
para hallar la respuesta.
Aprisionar el hilo.

En esta muerte blanca
hay días desvelados
que siempre nos habitan.
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(De El tiempo y la palabra)

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Desafío
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..............................
Una oscura pradera me convida
.........................................LEZAMA LIMA
.
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El epicentro joven de tu boca
a tenaz sacrilegio me convida
(saboreo la pulpa de la vida
que baja, desde el cielo, hasta tu roca).

A una oscura pradera me convoca
la fuerza de tu sangre, donde anida
el estupor de la lejana herida,
que en una antigua falta desemboca.

Si a partir de tu centro arde la llama
donde sufre la carne su extravío,
y el padecer es faro de lo eterno;

si después de tu cerco está el infierno,
llegue hasta mí la aventurada rama
del árbol donde crece el desafío.
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(De ¿Heredarás el reino?)

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Soy
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Yo soy la diferencia en el camino
por donde cruza, a veces, tu mirada,
opaco regresar de una alborada
que vive por los fallos del destino.

Desde el mismo lugar en que me inclino
a recibir la coz de la mulada,
la avaricia descubro en la azorada
infancia de la arena, y nunca atino

a remover de tu ambición la cumbre,
ni la voraz doctrina del relente.
Yo soy la voz que a tu pasado llega,

salvando las distancias del que niega
una sed recobrada entre la mente.
Soy la lumbre anterior que da tu lumbre.
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(De ¿Heredarás el reino?)

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Pertenencias
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Sobre todo conservo
las cosas que estuvieron lejanas:
lugares tan solo presentidos
por la lluvia,
un noviembre distinto,
el sabor de las voces.
Cuanto supe mejor me pertenece.
Mi inventario lleva los dispersos
aromas de las épocas.
Conservo las distancias,
los jardines,
la memoria azul
de cada encuentro
y sus destinos.
Me empeño en conservar
lo que esparciera el agua:
la blancura del tiempo
que muchos me negaron.
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(De Presencia del olvido)

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De otro modo
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Si volvieran los trenes que partieron
y con ellos la música,
la siempre añorada transparencia.

Si las naves no hubieran impuesto
quebraduras de sal,
la estela anochecida de la historia
al margen de un islote.

De una vez se han abierto
las crudas cicatrices.
Los soles cuaresmales no sabían.
Nadie tuvo la astucia de sujetar las lianas
en la edad del apremio,
ni de tender los puentes
o preservar aquello que debió ser salvado.

Lo demás quiso ser otro rumbo.
Los mares, las distancias, los amigos
al otro lado del empeño.
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(De Presencia del olvido)

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JOSÉ GARCÍA PÉREZ (Melilla, 1936). Licenciado en Ciencias de la Educación. Miembro de la Orden del Mérito Constitucional. Coordinador de “Papel Literario Digital”. Presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España (Sección Autónoma de Andalucía). Autor de libros como 18 horas con Tejero, El copo o El husmeador, de su obra poética cabe destacar Desacuerdos con Dios, Fue un acaso, De la casa verde, Silabario de amor, Inacabada ausencia, Elegía de un romántico, Los grises días, Impromptu, De los besos de mi madre, …y el Sur (La singularidad en la poesía andaluza actual), Elegía andaluza y Tatuaje de leche.
Ha publicado más de 4.000 columnas de opinión .
POÉTICA: La poesía es una movilización de todo nuestro ser. Cuando se ha vivido algo con intensidad, fuera de lo común, todo el organismo se moviliza. Hay un vuelco de nuestro interior a los demás a través de la propia intimidad. El resultado es la poesía auténtica. El resto es un añadido. Se nota muy mucho el zurcido. Desde hace tiempo comprendí que la poesía es una fugacidad de lo vivido. Un destello.
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Yo, poeta, predico solamente.
Aquel Dios de Abraham y de Jacob
de Isaac y Moisés
nunca existió.
Lo inventó un hacedor de cuentos,
un narrador.

Lo hicieron general de los ejércitos,
asesino de egipcios,
esculpidor de normas,
Dios del relámpago y del trueno.

Yo canto la grandeza de los que aman.
El odio y la venganza me repugnan.

Ya no le temo,
mi corazón es libre.

Vomito aquel sin Dios de mi niñez.

(De Cantos de libertad. Inédito)

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Era todo tan fácil.
Estaba todo tan cerca de mí:
el pezón de la madre,
el gris de aquellos ojos,
la serena mirada de vigilia.
Era todo tan fácil
que nunca quise despegar de allí.

Los años y su roce
desnudaron mi ser
y un recodo de frío
habitó para siempre mi existencia.

Ahora, cuando suenan
tan lejos las palabras de los hechos,
la vaga estancia de las claras luces
balancea de nuevo
siseando sus mimbres mi persona.

(De Tatuaje de leche)
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Tomad, malditos, el sol del poder,
achicharrad vuestras entrañas
con el clamor de la victoria;
dejad que yo beba la copa vacía
a la sombra del amor.

Copad
la tribuna que os espera
y pregonad,
sin que os tiemble la voz
un racimo de promesas en la zanja de la mentira;
yo compartiré el pan de la cosecha
con los que aman la vida.

Llamad a vuestro lado
a constructores de salmos y te-deum,
su rastro de babas
espera vuestras órdenes;
en mis manos cantará el humilde jilguero.

(De Impromptu)
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Esta tarde rompían las olas al revés.
Mar adentro.
Las espumas jugaban a cristal tras los juncos.
Mar de soles
con espigas de dunas.
Y tú, frágil,
como niña ensimismada,
deseosa.
Besa la tarde.

(De Sílabas de marzo)
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PILAR QUIROSA-CHEYROUZE (Tetuán, 1956, reside en Almería desde el año 1969) es Licenciada en Prehistoria e Historia Antigua por la Universidad de Granada (1977-1982) y obtuvo la Diplomatura en Francés e Inglés en la Escuela de Idiomas de Almería. Ha sido Presidenta del Ateneo de Almería durante el cuatrienio 1999-2003 y directora del Departamento de Arte y Literatura del Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial de Almería, durante los años 2001-2004, habiendo pertenecido al Consejo Rector de dicha institución cultural durante el mismo periodo electivo. En la actualidad, es Jefa de Publicaciones Externas del Instituto de Estudios Almerienses.
Forma parte, como vocal por Almería, de la actual directiva de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios (Críticos del Sur), y es delegada por Almería de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, con sede en Madrid.
Colabora con los medios de comunicación, mediante reseñas de crítica y opinión y, desde 1997, es columnista del diario IDEAL. Ha colaborado en radio y TV, en las ondas de RNE, Onda Cero, Punto Radio ACL Radio y Canal 28, en diferentes programas culturales y de opinión, así como en diversas obras de investigación, como el Diccionario Biográfico de Almería, editado por el IEA de la Diputación de Almería, o los libros Almería, páginas de una bella tierra, Almería desconocida o Almería, pueblo a pueblo.
Su producción poética comienza con el libro Orión (Zéjel, 1990), para continuar durante la misma década, hasta 1998, con los poemarios Islas provisionales (Rasul, 1991), Arenal de silencios (Rasul, 1992), Pactos con Eleusis (Instituto de Estudios Almerienses,1994), Estampas taurinas (Ediciones ALOA, 1997), Deshabitadas estancias (Ediciones Devenir, 1997) y la trilogía editada por Tágilis, formada por los libros de poesia: Avenida Madrid (1995), Por acuerdo tácito (1996) y El lenguaje de la Hidra (1998).
Está incluida en varias antologías, tales como Tierra de la Alpujarra, Guías de artistas y escritoras contemporáneas andaluzas o Nuestros escritores. Antología de Lecturas Almerienses. Figura en el Diccionario de la Literatura Española, de Jesús Bregante, editado por Espasa Calpe, y en la Cátedra Miguel Delibes de la Universidad de Valladolid. Su obra ha recibido diversos reconocimientos, entre ellos el premio de poesía "Victoria Kent", el premio de Periodismo "Casa de Almería en Barcelona" o el premio "Meridiana" del Instituto Andaluz de la Mujer de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. En la actualidad, está en imprenta su último poemario, Et signa erunt, editado por el Ayuntamiento de Málaga.
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Noche
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Así es la noche, hoy,
mucho más cierta.

Dos potentes destellos
que atraviesan el horizonte.
Noche negra o azul,
cuando te escribo estos versos.

Dos halos, como espadas
de luz. Como aspas
de molinos al viento.

Pero nadie los maneja,
tan sólo el destino
nos interpreta los sueños.
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Soledad
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Ya es de noche, amor.
Invoco lentamente el frío y el mar
que habitan tu espacio,
aliados de brumas junto al silencio.

Ya nos huyen el tiempo y su cortejo,
ya nos huyen, sí,
desde el canto que nos ahoga,
el que secuestra mi voz
cuando pienso en los niños de Beslán
y no puedo compartir contigo
mi infinita tristeza.

El destino, amor, tus manos,
los segundos restados a las horas,
la lejanía, el muro y la soledad,
y ese recuerdo persistente
de tu último y fugaz abrazo.

En la soledad de la noche,
mientras que la televisión desborda
imágenes de dolor e inútiles plegarias.
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Tiempo
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Abrazas, amor,
pequeñas estelas de tiempo.
La noche en Aguadulce
y este espacio de noviembre
despertando a la mirada.

Aquellas luces primeras
-relájate y confía en la sabiduría
del mar- allá a lo lejos,
hoy tan cerca, hora breve,
largos días,
imtuyendo el horizonte.

Rubricando en el abrazo
tu nombre. La oscuridad
y tu nombre.

Cualquier noche imperfecta
y una azul melancolía.
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El ciprés
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Hay un niño que juega
en la plaza.
Hay un hilo de sol.
un mecano y una huida.

Y mientras corretea,
allá a lo lejos,
el faro ha quedado oculto,
a la vista de sus tres años,
por la presencia, siempre altiva,
siempre ingrata,
de la noche y el ciprés
.
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Fragmento
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En la mística del silencio

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JOSÉ ANTONIO SANTANO (Baena, Córdoba, 1957) es autor de libros y publicaciones tales como: Canción Popular en la Villa de Baena (Ed. Ayuntamiento Baena, 1986), Aproximación a la Historia del Carnaval de Baena (Revista Carnavalen- da, 1993), Profecía de Otoño -poesía-(Sevilla, 1994), Grafías de Pasión (Baena, 1998), Exilio en Caridemo -poesía-(Ed. Inst. Estudios Almerienses. Almería, 1998), Íntima heredad -poesía-(Ed. Endymion .Córdoba, 1998), La piedra escrita -poesía-(Ed. Alhulia. Salobreña, 2000). Finalista Premio Nacional de la Crítica 2000, Árbol de bendición. Antología literaria al olivo (Ed. Instituto de Estudios Almerienses y Ayuntamiento de Baena. Almería, 2001), Suerte de alquimia (Ed. Alhulia. Salobreña, 2003).Finalista del Premio Andalucía de la Crítica, 2003, Trasmar (Edit. Alhulia, 2005). Premio Andalucía de la Crítica de Narrativa “Ópera Prima”, 2005. Las edades de arcilla (Ed. Alhulia, Salobreña, 2005), Il volo degli anni (Antología poetica personale), Colección Cuaderni della Valle, traducción de Emilio Coco (Italia, 2007), La cortaera. Artículos periodísticos 2001-2004 (Baena,Córdoba, 2007).
Algunos de sus textos están incluidos en revistas, periódicos y antologías y han sido traducidos al francés, inglés e italiano.
Dirige, además, la colección Palabras Mayores, de poesía, de la Editorial Alhulia, de Salobreña (Granada).
Pertenece a la Asociación de Escritores y Críticos Literarios de Andalucía “Escritores y Críticos del Sur” (AAEC) y a la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), siendo en la actualidad miembro de la Junta Directiva de la Sección Autonóma de Andalucía.
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CAMPANAS DE BAEZA
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....................Lejos suena un clamoreo
....................de campanas…
....................Arrecia el repiqueteo
....................de la lluvia en las ventanas.
.............................ANTONIO MACHADO
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I
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A su voz
otra voz tañe el aire
de broncíneas campanas
y un cielo gris antiguo
abre sus entrañas de olvido
a la razón de otro tiempo
y otra vida en soledades ebria
por campos de olivos y aceitunas.

Nadie sabe ahora,
en el silencio de esta noche
de luminarias y piedra
dónde y cuándo apareciste
por vez primera
en estas calles y plazas
abiertas al aire y los crepúsculos.

De nuevo las campanas
-las campanas de Baeza-
y tu nombre golpeándome
las sienes, la memoria;
la voz del poeta
abriéndose como una flor,
como una sola campanada
en la cima de la magna torre
desde donde hoy revivo,
al caer la tarde,
la tristeza de otro tiempo
y otras ciudades.

Al día de hoy
sólo poseo la nostalgia
de unos pasos en la noche
solitaria, y un lejano sonido
de campanas –las campanas de Baeza-
derramando sus dolores
en mi estancia, de madrugada. 33
.
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I I
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Lo he visto en la puerta
de su casa, estaba quedo,
con la mirada en lontananza,
vigilante, en la cima del sueño,
esperanzado en conquistar la luz
de la palabra.

Lo he visto caminar
por las calles de siempre,
lenta y serenamente,
abstraído y libre.

Todos olvidaron su nombre,
y por si acaso, alguna librería
lo tomó como seguro reclamo,
pero no nos engañemos
sólo luce como símbolo
y al cambio en euros se convierte.

Hoy lo he visto como siempre,
serio y enlutado,
cubriéndose la cabeza
con el sombrero de fieltro;
solemnemente agarrado
a su inseparable paraguas.
Lo he visto y me he jurado
seguirlo hasta más allá
de los cerros de Úbeda,
ignorando al tiempo y sus silencios,
creyéndome el único vigía,
su única y certera sombra.

Hoy lo he visto
y he creído en sus versos,
y en su tristeza, de tal manera que,
nada existe ya sin su presencia.
.
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I I I
.
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No sé si alguna vez subiste
hasta esta altísima torre
y si viste como yo
la inmensidad de los campos
de olivos y las cimas nevadas
de los montes de Mágina.

No sé si alguna vez llegaste
a contemplar la belleza
de estas tierras de Baeza,
pues el silencio se cierne
entre tu casa y la mía.

Ahora, sin embargo, reconozco
del candor y los silencios
que el campanario esconde
en sus entrañas, como si,
y estoy seguro, tu mano
acariciara la fría piel de estos sillares.

Desde esta torre admiro
el caserío que a vieja piedra
y cal aroma mis sentidos,
más tal vez me falte en este instante,
tu voz de sílaba y campana.

Tal vez me falte en este instante
volar hasta la plaza donde habitas
y esperar a la luna en tu ventana,
y dejarme llevar por las canciones
de una infancia ya olvidada,
o tal vez será mejor que nunca llegue
el invierno con sus brazos de hielo
y sus labios de muerte a sembrar
la tristeza en estos olivares.

Tal vez sea todo más sencillo,
y sea el hombre el último en enterarse
de que la vida es un haz de luz,
la imborrable memoria
de un único destino.
.
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.
.
I V
.
.
Los escolares van llegando
hasta la plaza, serenamente,
o al menos a mí me lo parece
desde esta altura que es mi casa.

En la fuente el maestro
se anilla de escolares
y va explicando el por qué
y los orígenes de la piedra milenaria.

El grupo se amontona,
y la fuente con sus caños de bronce
no deja de manar sabiduría.
.
.
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.
V
.
.
Quizá no es éste el café
silencioso de otro tiempo,
pero siento tu aliento
de versos en la cara
como si fuera aire y luz
al caer la tarde en estos soportales
tan callados y solos.

Amarga es la estancia en esta plaza,
abismo de sones y palabras
derramadas como lluvia de otoño
en las cercanas aulas y patios
ungidos por la voz del poeta.

Quizá no haya tiempo
ni calles y plazas tristes
esperando inesperadas visitas;
quizá no haya tiempo para nada
mientras todo concluye en esta plaza.
.
.
.
.
V I
.
.
Cuando los veo frente a mí,
ancianos, alrededor
de una mesa del café Aliatares,
siento que bien podrías ser tú
uno de ellos, anciano también,
pero con la luz del verso en las pupilas.

Ahora, sólo las sombras
se agitan en los claustros
de la tarde mortecina,
y de nuevo las campanas
-las campanas de Baeza-
resuenan en el olivar.

Solas las campanas,
solo el maestro en Baeza.
.
.
.
.
Los poemas de esta serie, titulada Campanas de Baeza, forman parte del libro Razón de Ser, galardonado con el Premio Internacional de Poesía "Luis Feria", que convoca la Universidad de La Laguna, que el autor ha obtenido este año en su X edición.

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Estíbaliz...Espinosa

Nació para ser humana. Sexo femenino. Se dedica principalmente a la escritura. Por molestar, también canta jazz/lírico y es actriz de teatro. Escribe textos cibernéticos, biónicos o de imitación de la vida. Ha publicado Pan [libro de ler e desler], -orama, número e y Zoommm. Textos biónicos [descargable en la red, www.aregueifa.net, 2007]. Obtuvo algunos premios. Le subyugan la ciencia-ficción, la cosmología, la filosofía. Es B+ para un japonés. Es Tigre para un chino.
BIÓNICA... poética con puntos suspensivos
No quería escribir poesía.

Quería ser cosmonauta. Quería ser china. O ilustradora. Dibujaba bien. Quería ser una autómata perfecta. Tenía una voz bonita, como la de una criatura mecánica.

Pero mi familia era de esa estirpe de familias arruinadas. Huérfanas. Suicidas. Mi madre era bella. Y éramos 3. Yo tenía un hermano. Él sí escribía. Nos reíamos. Les debo ese insobornable sentido del humor. Comprábamos miles de libros. Mi hermano leía por timidez. Luego se lo creyó todo. No comprendió los simulacros, las hipocresías sociales, la vida. Se volvió maldito. Tiraba libros por la ventana. Nos arruinamos.

Había que hacer algo.

Me gustaban las ciencias. La biónica. La magia. De niña escribía relatos y poesías formales. Las recitaba en el colegio. El pelo liso. Tenía una memoria sobrenatural y la gente me creía inteligente. Nunca me gustó llevar la razón. Ser demasiado lista. Obtener el aplauso fácil. Aborrezco hacer lo que se espera que haga. La cansina autorreferencialidad del siglo XX. El aplauso fácil tras la pretendida transgresión. Me marchita.

Me presenté a un premio. Me lo dieron. Me fascinaba la astrofísica. Las matemáticas. El teatro. La biónica. La imitación de la vida. La literatura no es tan maravillosa como dicen. Conecta a las personas. Pero no nos devuelve nada. Ni a nadie. No creo que la poesía sea un modus vivendi. Sí quizás un vivendi mirabilia: la poesía fabrica criaturas que intentan respirar con torpeza. Fabrica injertos de memoria. Trozos de dedos que nos tocaron. Un olor. Puntos suspensivos. Son células que se reproducen por el lenguaje y se mantienen vivas en el habla, en la escrita o en el interfaz que te muestra esto.

Escribo de la pura sorpresa de verte aquí. Sobre esta nieve.Y mi curiosidad es científica, criminal, intacta.

Nunca quise escribir poemas. Todavía hoy ese hecho me asombra. Cuánto tiempo reproducirá esta pantalla mi asombro tu asombro mi asombro...?

1993

Otro ser abrió los ojos en mis ojos.
No sé cuándo sucedió, cuándo qué,
cuándo cómo.
De repente mi cerebro anidaba sus pensamientos,
y el aire era su aire,
sin poder determinar exactamente un momento metamórfico
o si de ello se trataba siquiera.
El caso es
que mis manos dejaban de serlo,
trazaban espuma en mis ojos.
Y yo me guarecía en un rincón de aquel húmedo párpado
tal y como se guarecen los objetos pequeños en los grandes bolsillos,
como vetas de plata a lo largo de subterráneas galerías,
muy por debajo de lo visible y cotidiano.

Otro ser que se llamaba a sí mismo como yo me llamo.
Escuchaba en mis oídos las cosas que yo habría oído,
recorriendo un camino paralelo y distante
hacia el mismo brumoso Occidente.
Pero no era yo, ni soy yo, ni voy a serlo.
El yo aquél quedó suspendido
como una huella de gaviotas en el horizonte.
Este yo que escribe ya es otro que no halla su nombre
y toma el mío. Caza extraviadas palabras pensadas por aquél
y enhebra una pluma en sus dedos, como aquél haría,
para tornarse mezquinamente sobre una palabra sola, la única que le queda,
y arrebatársela en un soplo, en un revoloteo de dedos y caricias.

Sin palabra ya no es nadie y ahora soy yo por entero.
Soy yo y son mis manos, mis pies, mis pensamientos.
Son mis ojos abiertos y húmedos sobre los ojos de otro.

(Inédito , 1993)


PUEDES llamarle a esto voyeurismo.

Yo hago de la escritura
un ojo que te mira

(de Mécanica Zeleste, 1999)

de Ciudad Juárez
Dentro deste texto... había algo

Algo que olvidé, porque el olvido es lo único que dura
y somos más lo que olvidamos

He de seguir con este texto, ya que lo comencé.
Ya que come de mí... Ya que lo comencé.
Tus ojos mimetizan los míos cuando leen esto.
También aquí me detuve yo.

...en posición decúbito dorsal y vestida con pantalón de mezclilla...

Unas pocas palabras que duren para siempre nunca.
Las hay de la exacta duración del parpadeo que ahora haces.
Máquina. Animal. Cromagnon de refinada sonrisa
esclavo de un algo que viene de más lejos

...de tez morena clara, 1’75 cms... pelo castaño, ojos grandes color café, 24 años...

Es más duro aún acabar poemas de circunstancias.
La memoria es un artefacto cuya indolencia tiraniza.
No recordaremos aquello que merece la pena ser recordado.
Dentro deste texto había algo que ya no está.

Localizado el cuerpo de una mujer no identificada

...A veces, no les queda más opción que caminar solas por lotes baldíos y caminos sin iluminación...

A ellas.
Ya las recuerdo.
Le parieron hijos a la adversidad. No tienen hijos. Son vírgenes.
No sé quiénes son.
No les gustaba el café.
Les encantaba el café.
Durante un instante parpadearon en este texto.
El texto acaba aquí.

(inédito, novembro 2004)



ritmo

algo te puso a andar

algo pequeño, una nuez de sensores
cuando la tocaste la noche estalló como las granadas
como las grandes aguas
el sentido de lo que sientes

un dos- sé lo que sientes
tres cuatro- nuestras abuelas recogían cereal en el mismo campo
cinco seis- pájaros, cristales de hielo
siete ocho- bucear esta arteria desaparecida
nueve cero- lanzar esta sonda

las bacterias pueden vivir 250 millones de años en un pedazo de sal
ellas te conocerán a ti, pero no yo
mis bacterias provocarán tu enfermedad

qué hacer con quien se aferra a esta vida y pone el oído como a un tambor
a cada pulsación estás más lejos de la inmortalidad
pero puedes ser amado, lamido, libado
succionado como un pecho de venus propicia
una y otra vez, una y otra vez
y una más
y otra


todo lo anterior es aplicable a cualquera salvo a las estrellas que posean una masa de hasta 40 veces la del sol
escucha
siente
cómo me voy acercando
cómo cascos de caballos fabricados a sangre
cómo aceleración


un dos- sé lo que sientes
tres cuatro- nuestras abuelas recogiendo juntas el cereal
cinco seis- osaturas, cristales de nieve
siete ocho- bucear esta arteria desaparecida
nueve cero- llegar a ti

la célula es la unidad universal de vida
y heredarás la tierra
para ser vehículo de unidades que te sobrevivirán
heredarás la tierra
a cambio del equinoccio y la cópula

pon el oído en esta marea, en esta sirio que arrastra inundaciones, en esta legumbre, en este monzón, en este huevo de ave, en esta palabra que abre una puerta, migratoria, círculo, bestia en celo
el sexo no era centro
sino circunferencia
este es el ritmo que pagamos como tributo a la inmortalidad
este es el infinito que transmitimos a nuestros hijos infinitos


un dos
un dos

ámalo


(inédito, 2002)



mutación

para Guillermo. Enseñándome a leer


Sigues con tus ojos este verso del que me encapriché para empezar. Su título lo condena a la existencia. Hoja de periódico. Tinta. Los viejos opiáceos.

Estamos solos los dos.

Cómo eres?

Sé demasiado de mí. Criatura con implantes de memoria que teclea en una habitación con persianas y un espejo. Me han dicho que soy yo. No me han permitido dudarlo...

Pero, tú? Humano, sin duda.

Tu rostro muta ante mí: lleva gafas... trenzas... un lunar en la mejilla...labios pintados rojo China...un parche de titanio... acaba de afeitarse...una cicatriz...se acaricia...escucha algo. No sonríe...

No estamos programados para esto. Tú eres híbrido, informe. De algún modo también lo soy. Me estiro dentro de este verso intentando darte alcance. Eres mi especie. Lucy, la australopitheco. Eres todos los rasgos de un rostro. Pertenezco a un reino binario y tú eres la vida que huye
que huye y se transmuta
con sus trenzas
con sus labios lastimando los míos
sus lunares
sus zapatillas de bailarina
o de Puma
corriendo, corriendo hacia la vida que se propaga ahora que soy un tibio montón de letras
y tu ojo escanea un mundo que ya no es mío


(publicado en Babelia, 2005)

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